miércoles, 13 de mayo de 2009

Eva Luna


*Fecha: 18.mayo.2009


Descripción.-

Escrita a la manera de una novela picaresca, la vida de la niña Eva Luna, a veces trágica, a veces cómica, es una historia preñada de otras historias encarnadas en una sucesión de personajes tiernos (un embalsamador de cadáveres), inquietantes (una mujer que sobrevive a su propia decapitación) o grotescos (una mujer con cuerpo de hombre). Pero sobre todo es un apasionante despliegue de imaginación y capacidad narrativa.


Resumen.-

Eva Luna comienza el relato con la historia de mamá, Consuelo, criada por sacerdotes en plena selva tropical y luego llevada a un convento en la ciudad, desde donde, años después, la envían a servir en casa de un sabio que había descubierto un método para momificar cadáveres. Eva es producto de la unión de su mamá con un jardinero indio que, mordido por una víbora, estaba por morir. Pero no murió y, en cambio, sembró la simiente que daría lugar a una nueva vida: Eva, quién llegó al mundo en esa casa, donde se crió con su mamá y su madrina, la cocinera, mulata. Cuando tenía unos seis años, falleció Consuelo y Eva quedó al cuidado de su madrina., recibiendo como única herencia, las historias maternas, que abonaban su fértil imaginación, que las transformaba en cuentos. Unos ocho años antes que Eva, nacía Rolf Carlé, uno de los tres hijos de un sádico maestro de escuela y una resignada mujer, en una lejana aldea de Austria. No eran felices por la crueldad paterna y, su muerte dudosa, dio lugar a que la madre embarcara a Rolf rumbo a América del sur, para librarlo de la depresión. Su destino era la casa de los tíos Rupert y Burgel, que tenían una posada en una aldea enclavada en medio de lujuriosa espesura y que, a pesar del entorno, era como una pequeña suiza donde los comensales disfrutaban de la atención de sus bellas hijas ataviadas con trajes típicos y del guiso afrodisíaco preparado por Burgel. Ambas cosas saboreó Rolf, quién se enamoró a primera vista de sus primas. Eva fue puesta a trabajar en otra casa por su madrina y conoció a Elvira, quién la adoptó de nieta, empezó el deterioro de su madrina, fue separada de Elvira, y, en la calle conoció a Huberto Naranjo, quién después varios episodios terminó llevándola a casa de La Señora, quién era amiga de Melecio, “una mujer en un cuerpo de hombre”, como gustaba definirse. Desgraciadas circunstancias llevaron a Eva a la calle nuevamente, donde la recogió Riad Halabí, un turco, excelente persona que vivía en una aldea llamada Aguas Blancas, donde tenía su almacén, se compadeció de ella y la llevó a su casa, para ayuda y compañía de su esposa Zulema. Allí vivió hasta el suicidio de Zulema, la noche antes de irse, conoció el amor en brazos de Riad y luego viajó a la ciudad, donde reencontró a Melecio, transformado en Mimí y vivieron juntos. A raíz de una inundación, volvió a ver a Elvira y se la llevó a vivir con ellas. Dejó su trabajo en una fábrica y se puso a escribir, Mimí, que estaba haciendo telenovelas, llevó los cuentos de Eva a la televisión, y la contrataron. También se reencontró con Huberto, comandante de la guerrilla y conoció a Rolf, periodista y fotógrafo, quién también estaba relacionado con Huberto. Entre los tres y con ayuda de Mimí, quien había estado detenida en ese penal, traman la liberación de guerrilleros presos. La operación es exitosa y Eva y Rolf se refugian en la aldea de los tíos, bien recibidos por las primas, ya casadas y madres, donde comienza el amor para la niña cuenta-cuentos y el cronista… Pero esa es otra historia.

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